domingo, 30 de noviembre de 2014



Tiempos de reformas (1/2)

(Nota previa: El artículo, por la extensión del mismo se publica en dos post)

Tiempo de reformas. En un ámbito en el que todo es global, menos la política, se impone la necesidad de reformas en toda la arquitectura social, con obras que actúen fundamentalmente en tres ejes estratégicos: mayor democracia, crecimiento económico y creación de empleo.

Reformas para mayor calidad  democrática.  Transparencia. Rendición de cuentas.
Con el famoso lema Wir wollen mehr Demokratie wagen (Atreverse a más democracia) Willy Brandt ganó las elecciones celebradas el 28 de septiembre de 1969, en la República Federal de Alemania, poniendo en práctica un ambicioso programa de reformas sociales, legales y políticas. Hoy estamos en una situación en la que no queda más remedio que atreverse a emprender y aplicar un amplio programa de reformas políticas que aumente la calidad democrática en todos ámbitos institucionales, económicos y sociales. 

Uno de los grandes déficits democráticos es la falta de transparencia y la no rendición de cuentas de los asuntos públicos. España es el único de país europeo con más de un millón de habitantes que no cuenta con una ley de acceso a la información pública, lo que facilita que los gobiernos y las instituciones públicas no estén obligados a facilitarnos la información necesaria de suma utilidad para un mejor conocimiento de la realidad y favorecer de forma eficiente la toma de decisiones. Por eso es imprescindible la promulgación de leyes estatales y de las comunidades autónomas  que reconozcan el derecho de acceso a la información, la comunicación y el conocimiento como un derecho fundamental que regule específicamente la transparencia de los datos institucionales.

La corrupción es una de las causas más importantes de la desafección ciudadana de la política, que junto con la sensación de impunidad, plasmada en la eternización de los procesos judiciales a la hora de atajarla, supone un daño irreversible a la confianza de la ciudadanía en sus poderes públicos. Por eso, es necesario mejorar la agilidad de la Justicia, pero también incrementar la transparencia en la información de la gestión  pública y los controles previos, sobre todo en materia de obras públicas y urbanismo, fuente de la mayoría de los casos de corrupción aparecidos en España en los últimos años. Tenemos que aplicar el principio de tolerancia cero contra la corrupción, con lo que los políticos  condenados judicialmente no deberían representar nunca más a la ciudadanía, y los políticos y responsables públicos, judicialmente imputados deberían retirarse de su puesto público hasta que se resuelva el procedimiento.

La no rendición de cuentas es otro de los serios problemas que todos los días vemos en la realidad actual. Los servidores públicos tienen el deber ineludible de  rendir cuentas, dar explicaciones, justificar, someter  a la revisión de la ciudadanía, sus decisiones y  actuaciones en el desarrollo de su gestión. La rendición de cuentas fortalece el sentido de lo público. Es una oportunidad para que la ciudadanía conozca y confíe en los asuntos públicos. Rendir cuentas fortalece la gobernanza y posibilita la generación de confianza entre gobernante y ciudadanía.

En este sentido las actividades de control del Tribunal de Cuentas y sus homólogos autonómicos, orientadas a las auditorías contables se retrasan más de lo debido, siendo deseable que se conociesen al acabar cada ejercicio anual económico. Se deberían considerar algunas reformas de estos órganos de control, además del contable y financiero; que serían la evaluación y análisis de alternativas más eficientes de las formas de las prestaciones de los servicios públicos y de las políticas públicas, en resumen análisis de eficiencia. Por citar algunos ejemplos los Tribunales de Cuentas de Holanda y Reino Unido tienen más dedicación a esta evaluación y análisis de la eficiencia, que a las auditorías contables que en parte se llevan a cabo por otras agencias.       
La ciudadanía tiene el derecho a tener conocimiento de los asuntos públicos  por lo que la Ley de Transparencia deberá regular las instituciones y organizaciones que reciben fondos públicos para su funcionamiento: (a) La Monarquía;  (b) las Administraciones Públicas; y (c) los partidos políticos y agentes sociales, organizaciones empresariales y sindicatos.

Reformas en la ley de partidos.
La Ley española actual de partidos políticos es claramente insuficiente y no tiene contenidos para impedir que estos se auto-regulen. Una nueva Ley  de partidos políticos debería regular la vida interna de los mismos. La Ley tiene todo el derecho de imponer a los partidos la obligatoriedad de establecer fórmulas claras y democráticas para la elección de candidatos y dirigentes; y que sus fuentes de financiación sean transparentes.

La crisis de credibilidad de los partidos es uno de los hechos políticos más importantes de la actualidad. En buena medida se han visto rebasados por el rápido  desarrollo que experimentan las sociedades democráticas contemporáneas. Las organizaciones de los partidos no han sabido adaptarse a tantos y tan profundos cambios. Por otro lado los casos de corrupción también han tenido influencia muy negativa y han contribuido al crecimiento de la crisis orgánica e institucional.

Los partidos políticos tienen que responder a las demandas actuales, mejorar su representatividad y establecer una fuerte conexión con la ciudadanía. En lo relativo a la representatividad, los electores cada vez se sienten menos identificados con los partidos tradicionales, con lo que se orientan hacia otras opciones, algunas de dudosa calidad democrática, o  simplemente se abstienen  de cualquier participación política y electoral. 
    
Hay un clamor ciudadano que demanda mayor democratización de las estructuras internas de los partidos políticos, y reducir al mismo tiempo la desproporcionada influencia de las burocracias partidistas, señaladas por muchos como las principales responsables de la crisis de representatividad.

El profesor alemán de Ciencia Política de la Universidad de Heidelberg,  Klaus von Beyme, en su trabajo: Los partidos políticos en las democracias occidentales,  expresó: Los congresos de los partidos, que se supone son la expresión institucional de la soberanía popular de la Institución, a menudo son únicamente un mero órgano aclamativo. Este es uno de los puntos clave de las reformas de los partidos, como democratizar los procesos en los que se eligen los delegados a los congresos.

Por todo lo expuesto es necesaria una nueva Ley de los partidos políticos que se puede resumir en dos grandes bloques, tal como se recogen en la ley de partidos de Alemania: la organización interna de los partidos políticos debe responder a los principios democráticos y deberán dar cuenta públicamente de la procedencia y el uso de sus recursos, así como de su patrimonio. 

La nueva Ley de los partidos políticos debería: (a) Regular y garantizar su funcionamiento democrático en toda su organización, en particular para los procesos de elecciones internas y los  métodos de elección de los delegados a los congresos. (b) Establecer una periodicidad mínima obligatoria para la celebración de los Congresos. (c) Imponer un sistema de financiación transparente. (d) Obligar a la realización de auditorías externas independientes sobre el estado anual de cuentas.

Reformas en la ley electoral.
Una nueva ley electoral debería: (a) Cambiar las  listas cerradas y bloqueadas por otro sistema que permita a los votantes elegir candidatos concretos que les inspiren confianza. (b) Revisar la circunscripción electoral para que la distribución de los escaños represente realmente un número proporcional de votantes. (c) Reducir la duración de las campañas electorales y establecer reglas de transparencia sobre la financiación de las mismas.

Reformas en el Parlamento.
Se deberá rebajar el número de firmas requerido en la actualidad para formular la iniciativa legislativa popular, haciéndolo equiparable al de otros estados de la Unión Europea. Las comisiones de investigación parlamentarias se establecerán cuando lo soliciten una cuarta parte de los parlamentarios; y para equilibrar su posible uso reiterativo o excesivo, se limitarán a una solicitud por parlamentario por cada dos años. Las administraciones parlamentarias estarán incluidas en el marco de la Ley de Transparencia, de tal manera que el Parlamento garantice la máxima transparencia de sus actividades.

Reformas en los modelos de los partidos políticos.
Tenemos que fortalecer nuestras culturas democráticas mediante la introducción de las reformas necesarias y aumentando las oportunidades para la participación activa y deliberativa del proceso de toma de decisiones en el interior de los partidos políticos.
La sociedad, radicalizada contra los políticos y la crisis económica, pide firme y consistentemente una reforma en profundidad de la democracia interna de los partidos políticos, solicita mayor apertura a la realidad social.  No es posible continuar con este panorama sin pensar seriamente en sus consecuencias, que serán no solo electorales.

 (continuará)

Jesús Llaneza Díaz.

Izquierda Socialista de Asturias

jueves, 27 de noviembre de 2014



La cartilla de racionamiento

Volveremos a sellar cartillas de racionamiento después de pasar un escrupuloso examen, para saber si somos merecedores de los pocos recursos públicos de los que dispone el Estado. Haremos largas colas para saber si este mes nos toca consulta médica gratuita o por el contrario nos toca pagar aún más por el servicio. En ocasiones, cuando hablamos de este desmantelamiento, parece que hubiésemos retrocedido siglos y volviéramos a estar anclados en el pasado.

Las mujeres, volveremos a quedarnos en casa a cuidar de nuestros hijos y a ejercer de amantísimas esposas, si dejamos que el Estado neoliberal, siga ejerciendo su poder valiéndose de esta moribunda democracia.

Vemos como nuestra sanidad, o nuestra educación, pasa a estar pendiente de la bolsa. Han conseguido mercantilizar poco a poco los derechos más básicos.

Después de unas campañas mediáticas demoledoras, nosotros  mismos nos creemos la necesidad de tener que pagar, o hacernos dignos de lo que ya han pasado a ser  unos privilegios de unos pocos.

Volveremos a creernos que son algunos pobres lo que se lo merecen, a aplicar la ley de vagos y maleantes, y ¿Qué será lo siguiente?

En el siglo XIX cantaban los socialistas aquello de “arriba los pobres del mundo…cambiemos al mundo de base hundiendo al imperio burgués…” y resulta que lo que hemos conseguido es darle la legitimidad necesaria al imperio burgués para que a base de mentiras y decretos impongan su ideología.

La privatización de los servicios sanitarios, las nuevas leyes de educación, y el desmantelamiento de los servicios sociales, han conseguido que sean las organizaciones sociales las que a través de la caridad, se vuelvan a hacer cargo de las clases olvidadas de nuestra sociedad, parados, enfermos, niños en riesgo de exclusión, inmigrantes… y un largo etcétera de personas que pasan a estar en manos de la labor de voluntarios y no de la responsabilidad del Estado.

Cuando acaben con esta ola de reformas, tendremos el país que cualquiera se merece; los impuestos serán más bajos, puesto que, con lo que nos ahorramos de estos pagos, tendremos que buscarnos un seguro médico adecuado a nuestra cartera, nuestros hijos estudiaran en colegios financiados por unas cuotas mensuales dignas de su calidad de enseñanza y llegaran a la universidad solo aquellos que lo merezcan, aquellos que disponen de recursos suficientes para costeárselo.

No estamos muy desencaminados, las bases del nuevo modelo económico liberal empiezan a consolidarse poco a poco, las raíces van hundiéndose en la tierra para que este monstruo que nos están imponiendo crezca y de sus frutos.

Empezaremos a hacer himnos nuevos para la nueva revolución que tiene que llevarse a cabo, para evitar que poco a poco nos lleven de vuelta a otros siglos.

Los partidos socialistas y sus políticas consiguieron dar vida a una nueva clase, la clase media, ahora mismo esta clase está prácticamente extinguida, por lo tanto tendremos que empezar a pensar a que clase pertenecemos o a cual queremos pertenecer y con ello ajustarnos a nuestra propia cartilla de racionamiento.

Noelia Ordieres Buarfa




martes, 25 de noviembre de 2014

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

MANIFIESTO DEL PSOE - 2014


El próximo 28 de diciembre se cumplirán diez años de la aprobación por el Pleno del Congreso de los Diputados de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. La popularmente conocida como “Ley Integral” ha supuesto un revulsivo respecto a la violencia de género en todos sus aspectos y se ha consolidado como modelo internacional.

De hecho, el pasado 15 de octubre, España recibió en Ginebra una de las menciones de honor del Premio de Políticas de Futuro (Future Policy Award 2014) que las instituciones ONU Mujeres, World Future Council y la Unión Interparlamentaria conceden a las mejores leyes y políticas del mundo que persigan poner fin a la violencia ejercida contra las mujeres y las niñas.

Las tres instituciones han considerado que la legislación española, en concreto la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, es una de las más importantes y eficaces normas para combatir y erradicar la violencia sexista en todo el mundo. Una violencia que califican como una de las formas más generalizadas de abuso contra los derechos humanos.

La Ley Integral, impulsada por el Gobierno Socialista, supuso su apuesta inequívoca por la lucha contra la violencia de género, la defensa decidida de la ciudadanía en las situaciones de máxima vulnerabilidad y dio un tratamiento integral y sistemático a la lucha contra la violencia de género, con tres objetivos claros:
 Prevenir la violencia de género, y apoyar y proteger a las víctimas y a sus hijos e hijas menores.
 Perseguir a los agresores.
 Sensibilizar a la sociedad española de la necesidad de combatir la violencia de género, dejando atrás siglos de opresión y de silencio cómplice.

Los diez años de andadura de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la violencia de Género han servido para desmontar totalmente algún prejuicio de los detractores de esta lucha, como eran las llamadas “denuncias falsas”. La última Memoria de la Fiscalía General del Estado despeja cualquier duda al respecto afirmando que “El escaso porcentaje de causas incoadas cada año por delito de acusación o denuncia falsa supone un 0,018%, suficientemente elocuente para rebatir
las voces que se alzan en torno a la prevalencia de las “denuncias falsas” en materia de violencia sobre la mujer”. Y el balance de la aplicación de las medidas ya desarrolladas de esta Ley Integral demuestra la necesidad de mantener un amplio consenso social y político, y de culminar su desarrollo.

Sin embargo, a pesar de la utilidad y del reconocimiento internacional recibido por la Ley Integral, las mujeres continúan sufriendo violencia de género y el número de asesinatos lejos de disminuir, aumenta. Solo durante el mes de agosto, ocho mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas, la cifra más elevada de los últimos cuatro años.

Frente a esta realidad, la ley Integral está amenazada por el Gobierno del PP y sus continuos recortes presupuestarios en materia de igualdad en general (33% en esta legislatura) y de violencia de género en particular (22% desde la llegada al Gobierno del PP). Una ley amenazada también por las sucesivas reformas legislativas que atentan contra su espíritu y buena parte de su articulado como la Ley Orgánica 8/2013,de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa, denominada popularmente como Ley Wert o la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local por poner solo dos ejemplos.

Así, con la eliminación de la asignatura de Educación para la ciudadanía (LOMCE, Ley Wert), que formaba en valores a los futuros ciudadanos y ciudadanas, como son el respeto y la dignidad de las personas, y la igualdad entre hombres y mujeres se elimina la mejor medicina contra la violencia de género: la prevención. En sentido contrario, el PP apoya la educación segregada por sexos.

Por su parte, la Ley de Reforma Local, no consensuada con los partidos de la oposición e impuesta por el Gobierno del PP, ha calificado como impropias las competencias que los Ayuntamientos y las Entidades Locales venían ejerciendo en Igualdad y Violencia de Género, alejando de esta manera los servicios públicos de la atención de las mujeres y suprimiendo la labor de detección, denuncia y apoyo específico, que realizaban los servicios sociales municipales.

También el Proyecto de reforma del Código Penal muestra la falta de una decidida respuesta penal del Gobierno ante la violencia de género al eliminar completamente el concepto violencia de género de su articulado, al rebajar la gravedad del delito de lesiones y al continuar sin excluir expresamente la mediación en los supuestos de violencia de género, como indican la Ley Integral contra la violencia de género y los tratados internacionales. Además, el proyecto exige que se presente una denuncia para poder perseguir las lesiones menores, cuando éstas son los primeros indicios o alertas de posibles casos de violencia de género.

Otras reformas que atentan contra el espíritu de la Ley Integral y contra las garantías de protección de las víctimas son el Proyecto de Ley del Estatuto de la víctima del delito, que obliga al reembolso de los gastos causados a la Administración, en caso de absolución o sobreseimiento, cuando el 40% de las sentencias dictadas en violencia de género son absolutorias y la anunciada Ley de Custodia impuesta, en el caso de separación o divorcio, cuando, por promedio desde 2009, el 75% de las mujeres no denuncian malos tratos y escapan del maltrato a través de la ruptura con su pareja.

El Gobierno del PP está poniendo a la sociedad española en una encrucijada muy peligrosa, no solo porque está desmantelando sistemáticamente la lucha contra la violencia de género a base de recortes, sino porque está atacando sus cimientos ideológicos, legales y simbólicos.

La Ley Integral está amenazada por la irresponsabilidad de un gobierno central que ha hecho desaparecer el principio de igualdad del discurso político y la violencia de género de sus prioridades. La demostración más evidente de esa falta de voluntad política del Gobierno del PP de atacar las raíces y luchar decididamente contra la violencia de género se viene manifestando en los Presupuestos Generales del Estado. Para 2015se sigue manteniendo en “números rojos” la partida destinada a la lucha contra la violencia de género, que soporta un recorte del 22% desde la llegada al Gobierno del PP.

Por todas estas razones, se hace necesario redoblar los esfuerzos contra la violencia de género, volver a colocarla como prioridad política y exigir que se restituya el sistema de protección para las mujeres víctimas y todos los recursos y medidas que se han ido desmantelando en los últimos años.

Cuando el 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las mujeres, la ONU invitó a gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a realizar actividades dirigidas a sensibilizar a la ciudadanía respecto a la violencia de género en este día de celebración internacional.

Es una invitación explícita al rechazo de la violencia de género por parte de toda la sociedad y el PSOE la hace suya porque la tolerancia cero a la violencia contra las mujeres debe ser un valor de la sociedad en su conjunto. Porque el PSOE es un partido libre de violencia. Porque es nuestro compromiso, son nuestros valores.