La cartilla de racionamiento
Volveremos a sellar cartillas de
racionamiento después de pasar un escrupuloso examen, para saber si somos
merecedores de los pocos recursos públicos de los que dispone el Estado. Haremos
largas colas para saber si este mes nos toca consulta médica gratuita o por el
contrario nos toca pagar aún más por el servicio. En ocasiones, cuando hablamos
de este desmantelamiento, parece que hubiésemos retrocedido siglos y
volviéramos a estar anclados en el pasado.
Las mujeres, volveremos a
quedarnos en casa a cuidar de nuestros hijos y a ejercer de amantísimas esposas,
si dejamos que el Estado neoliberal, siga ejerciendo su poder valiéndose de
esta moribunda democracia.
Vemos como nuestra sanidad, o
nuestra educación, pasa a estar pendiente de la bolsa. Han conseguido
mercantilizar poco a poco los derechos más básicos.
Después de unas campañas mediáticas
demoledoras, nosotros mismos nos creemos
la necesidad de tener que pagar, o hacernos dignos de lo que ya han pasado a
ser unos privilegios de unos pocos.
Volveremos a creernos que son algunos
pobres lo que se lo merecen, a aplicar la ley de vagos y maleantes, y ¿Qué será
lo siguiente?
En el siglo XIX cantaban los
socialistas aquello de “arriba los pobres del mundo…cambiemos al mundo de base
hundiendo al imperio burgués…” y resulta que lo que hemos conseguido es darle
la legitimidad necesaria al imperio burgués para que a base de mentiras y
decretos impongan su ideología.
La privatización de los servicios
sanitarios, las nuevas leyes de educación, y el desmantelamiento de los
servicios sociales, han conseguido que sean las organizaciones sociales las que
a través de la caridad, se vuelvan a hacer cargo de las clases olvidadas de
nuestra sociedad, parados, enfermos, niños en riesgo de exclusión, inmigrantes…
y un largo etcétera de personas que pasan a estar en manos de la labor de
voluntarios y no de la responsabilidad del Estado.
Cuando acaben con esta ola de
reformas, tendremos el país que cualquiera se merece; los impuestos serán más
bajos, puesto que, con lo que nos ahorramos de estos pagos, tendremos que
buscarnos un seguro médico adecuado a nuestra cartera, nuestros hijos
estudiaran en colegios financiados por unas cuotas mensuales dignas de su
calidad de enseñanza y llegaran a la universidad solo aquellos que lo merezcan,
aquellos que disponen de recursos suficientes para costeárselo.
No estamos muy desencaminados,
las bases del nuevo modelo económico liberal empiezan a consolidarse poco a poco,
las raíces van hundiéndose en la tierra para que este monstruo que nos están
imponiendo crezca y de sus frutos.
Empezaremos a hacer himnos nuevos
para la nueva revolución que tiene que llevarse a cabo, para evitar que poco a
poco nos lleven de vuelta a otros siglos.
Los partidos socialistas y sus
políticas consiguieron dar vida a una nueva clase, la clase media, ahora mismo
esta clase está prácticamente extinguida, por lo tanto tendremos que empezar a
pensar a que clase pertenecemos o a cual queremos pertenecer y con ello
ajustarnos a nuestra propia cartilla de racionamiento.
Noelia Ordieres Buarfa
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