domingo, 17 de marzo de 2013

LA CRISIS GLOBAL




CONFERENCIA POLÍTICA DEL PSOE - OCTUBRE 2013
DIÁLOGO: CRECIMIENTO SOSTENIBLE Y CREACIÓN DE EMPLEO (I)

SALIR DE LA CRISIS GLOBAL POR LA IZQUIERDA
(1/10) APORTACIÓN DE IZQUIERDA SOCIALISTA - PSOE - MARZO 2013


1  1. LA CRISIS GLOBAL.

La poderosa minoría que domina el mundo financiero, valiéndose de la desregulación de los mercados, ha desencadenado la mayor crisis económico-financiera conocida desde la Gran Depresión de 1929. Sus efectos están siendo devastadores; la crisis de liquidez ha generado cierre de empresas, espectacular crecimiento del desempleo, aumento de las desigualdades sociales e incremento de la pobreza. El capitalismo de nuestros días, en su forma más agresiva y depredadora, el neoliberalismo, ha sido el causante de tanto desastre. Increíblemente, las multimillonarias ayudas públicas utilizadas para impedir el hundimiento del sistema financiero mundial y el colapso de la economía real, no han servido para que los Estados emprendieran las oportunas reformas que pudieran evitar, en el futuro, desastres semejantes.

Esta crisis no es solo económico-financiera sino medio-ambiental, social, política y en definitiva de valores o de civilización. Sin encontrar un nuevo paradigma que sustituya al ya viejo “productivismo”, mediante el que durante décadas se ha buscado la prosperidad, será difícil vencerla. El binomio “crecimiento-bienestar” ha sido superado por la realidad. Necesitamos un nuevo modelo que no deprede los recursos del Planeta ni se sustente en la  sistemática explotación de las personas, pues las consecuencias a la vista están.

Ya el 2007, algunas cifras de la economía mundial anunciaban que íbamos por el mal camino. Baste citar algunos ejemplos significativos: una escandalosa concentración de los flujos del comercio internacional en los países más desarrollados en detrimento de los más pobres e incluso de los emergentes; la enorme desproporción entre las transacciones financieras y las de bienes y servicios (superiores a 10/1 a favor de las primeras), provocando así ese enorme drenaje de recursos desde la economía productiva a la especulativa; el creciente descenso de las rentas salariales en la composición del PIB de los países desarrollados que contrastaba con el progresivo aumento de las del capital en dicha composición del producto bruto; o la escandalosa escalada de las cifras de la pobreza (según NN.UU. más de 985 millones de pobres), datos sin duda premonitorios de la eclosión producida en 2008.

La creciente desregulación de los mercados, basada en el falso principio de que éstos se auto-regulaban alcanzando así automáticamente el equilibrio, junto al opaco drenaje de recursos hacia paraísos fiscales fruto del fraude y de la evasión fiscal, o para refugiar en ellos los beneficios del negocio criminal, han contribuido a que ésta globalización neoliberal, haya desorbitado hasta el extremo la economía mundial, que en su afán especulativo ha sido capaz de poner en peligro el ahorro de millones de ciudadanos al canalizarlos hacia operaciones de altísimo riesgo. Priorizando la economía especulativa sobre la productiva se generaron burbujas insostenibles cuya eclosión resultó inevitable. Ahora quedan las consecuencias para las actuales y futuras generaciones.

La política democrática y socialista es la única capaz de sacarnos de esta insolidaria y dañina “dictadura de los mercados”. Han de ser los poderes democráticos, quienes impongan nuevas normas y refunden nuevos instrumentos (BM, OMC, FMI, NN.UU) capaces de garantizar una gobernanza mundial puesta al servicio del desarrollo de los pueblos, de la justa distribución de la riqueza y de la igualdad de oportunidades para todos los países.

Es inadmisible que el sector financiero siga insistiendo en la necesidad de aplicar reformas que abaraten los costes salariales y restrinjan los gastos sociales, al tiempo que mantiene casi cerrado el grifo del crédito y muestra sus reticencias a cualquier medida de regulación que le afecte o que lo implique en políticas de solidaridad, Y es sabido que sin crédito se complica la reactivación económica al enfriar la demanda efectiva, amortiguando con ello el crecimiento y la creación de empleo.

Estamos viviendo la aplicación a escala nacional de las medidas impuestas por el neoliberalismo global, sin haber articulado líneas de resistencia nacional e internacional. Así, las medidas de ajuste aplicadas por la presión de los mercados, han sido percibidas por amplios sectores de la ciudadanía como injustas por suponer un reparto desequilibrado de las cargas, perjudicial para quienes no han sido responsables de la crisis que padecemos. Pero además, han fortalecido el predominio de las formaciones políticas de derecha y extrema derecha en toda la U.E. y el mundo capitalista.

Estos días vemos cómo en España se confrontan abiertamente dos dinámicas distintas, Una, es la de un capitalismo en crisis, con consecuencias sociales devastadoras. La otra, es la dinámica de un sistema democrático con reconocidas insuficiencias y con innegable crisis de la representación política, lo que origina desapego de la ciudadanía y, en sentido inverso, demandas de nuevos cauces de participación democrática. Lo crítico de la situación es que la lógica económica apunta en una dirección y la democrática en otra.

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