lunes, 3 de junio de 2013

La Construcción Democrática Europea sigue en Retroceso.





CONFERENCIA POLÍTICA DEL PSOE - Octubre 2013
DIÁLOGO: GANARSE OTRA DEMOCRACIA (V)
                                         

SALIR DE LA CRISIS GLOBAL POR LA IZQUIERDA
 (4/10) APORTACIÓN DE IZQUIERDA SOCIALISTA - PSOE - JUNIO 2013
LA CONSTRUCCIÓN DEMOCRÁTICA EUROPEA SIGUE EN RETROCESO.



4. LA CONSTRUCCIÓN DEMOCRÁTICA EUROPEA SIGUE EN RETROCESO. 
Los gobiernos conservadores de Europa mantienen con tenacidad su ideario neoliberal. Con sus decisiones y decretos están sometiendo a sus ciudadanas y ciudadanos – especialmente a los de la periferia europea – a durísimos “ajustes” con los que pretenden eliminar los déficits de las cuentas públicas de sus estados por la única vía de reducción del gasto y negando toda posibilidad a la implantación de políticas de estímulo al crecimiento. Así solo se está logrando que las recesiones se eternicen y la destrucción de empleo continúe. Lo más grave es que se escudan ante la opinión pública afirmando lo que la realidad contradice: que no existe otra salida que la de reducir los salarios, abordar “reformas estructurales” – que no son más que contrarreformas que restringen derechos – y mantener una irracional austeridad, cuya concreción se ceba en la progresiva destrucción de servicios públicos esenciales (educación, sanidad, dependencia). El empobrecimiento colectivo y la desigualdad social se acentúan de forma insoportable, al tiempo que el enriquecimiento de una élite ha continuado su escalada.

Son las reglas de un juego infernal, impuesto por la Comisión Europea de una Unión Monetaria excesivamente dependiente de la influencia de Alemania. Los datos, además de desmentir que ésta sea la salida de la crisis – más bien se profundiza en la recesión – avalan nuestro firme rechazo a unas políticas que lejos de potenciar la cohesión social e integración europea, siguen amenazando la supervivencia del euro, aceleran a un tiempo la consolidación de la Europa a “dos velocidades” con más desigualdades y aumentan el riesgo de “estallidos” sociales y de mayor desconfianza de la ciudadanía en las instituciones democráticas.

Nos encontramos ante un círculo infernal que conduce de la recesión al rescate o la intervención, del rescate a la reducción del gasto público, de esa reducción a mayor recesión y más endeudamiento. Y vuelta a empezar ¿con un nuevo rescate?: la democracia ha sido suplida por imposición de políticas que empobrecen, que eliminan derechos, y que sangran cruel e injustamente a la ciudadanía  a beneficio de inventario. ¿Es esta la solidaria Europa?.

Evidentemente, las fuerzas progresistas, los socialdemócratas y los socialistas no han sabido reaccionar para defender llas conquistas sociales que la clase obrera y sectores populares alcanzaron tras décadas de lucha reivindicativa. Precisamente, para romper la espiral regresiva, la Unión Europea lo que necesita es un proyecto coherente (y que sea susceptible de adaptarse a las peculiaridades de cada país) de impulso a la inversión productiva y el relanzamiento de la actividad, a la recuperación de la industria manufacturera, del empleo y de la demanda y de aprovechar la I+D+i para un nuevo modelo de crecimiento; así volvería a incrementarse el PIB y el déficit público sería más sostenible.

 La crisis sigue estimulando los sentimientos nacionalistas e incluso en algunos países de la Unión, también los xenófobos. En estos últimos meses, se han acentuado considerablemente. Basta observar cómo han crecido las reticencias que algunos países de la eurozona han manifestado ante las posibles – e incluso necesarias – ayudas a socios en gravísimas dificultades. También ha comenzado a extenderse entre la opinión pública de esos países, que la Europa del Sur no ha hecho más que malgastar los recursos recibidos de los fondos comunes y de vivir por encima de sus posibilidades. Olvidan un hecho incuestionable: que los países de la periferia europea, también han ofrecido sus avales soberanos para la formación de dicho fondo común.

Además, esa opinión que tan insolidariamente esgrimen para justificar su oposición, es absolutamente equivocada y falsea las causas del problema de la deuda y de la crisis, pues los déficits presupuestarios, no vienen por la parte del incremento del gasto, sino por la caída de los ingresos públicos como consecuencia de la recesión provocada, precisamente, por esa irracional política de austeridad que imponen las políticas conservadoras europeas.

Esa visión corto-placista – especialmente la de Alemania – demuestra que existe más preocupación por el futuro electoral de Angela Merkel que por la construcción de la EUROPA UNIDA. Es decir, sus intereses nacionales prevalecen sobre el proyecto europeo, (o lo que aún sería peor, el imposible afán por construir una Europa Alemana), aunque en ello vaya implícita la inestabilidad de la moneda común. Es evidente que comportamientos semejantes contribuyen a alimentar la incertidumbre en los mercados financieros, perjudicando muy especialmente a los países más débiles de la Eurozona.

En definitiva, se está poniendo en cuestión el propio proyecto europeo, corolario natural de la actual estructura de la UE en un momento de crisis. Por eso no debería aplazarse por más tiempo una Conferencia Europea de los partidos socialdemócratas que cambie radicalmente los supuestos de la actual UE, y que en sus resoluciones se expusiera con claridad la “hoja de ruta” a seguir para alcanzar la Europa social y federal.

Solo desde la izquierda, la socialdemocracia y el socialismo europeos, junto con las demás fuerzas progresistas serán capaces de frenar tanta destrucción, romper la deriva hacia la quiebra de la UE e impulsar los cambios para articular una auténtica cooperación y solidaridad, que nos saquen (a los europeos/as) del actual marasmo económico, social y político; convirtiéndonos en vanguardia del internacionalismo solidario, de la lucha contra el hambre y la pobreza y en la exigencia de un nuevo orden mundial y de una nueva gobernabilidad en la que prevalezcan realmente los Derechos Humanos.

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