viernes, 24 de julio de 2015

Ser Mujer y Ser Libre


Ser mujer y ser libre


Hechos constatados cuando nos referimos al machismo imperante en la sociedad que nos rodea, aunque también es verdad que si hablamos de avances y de retos conseguidos, las mujeres hemos de ponernos a la vanguardia de la lucha, de los retos superados y también de la no resignación.  No sé en qué momento exacto una mujer se decidió a llevar la contraria a ese mundo impuesto para nosotras, pero está claro que  incluso antes de los textos de Mary Wollstonecraft en 1972, tenemos referentes para demostrar que en cada momento de la historia han sido más mujeres las que se han ido sumando a la rebelión por una igualdad real, por no dejarnos arrastrar por los mecanismos caducos, perfectamente elaborados por una ideología encabezada por la iglesia católica y su ala más rancia y radical.

No podemos negar, que cuando más no hemos rebelado a los cánones impuestos por este sistema patriarcal, más difícil nos está siendo ser completamente libres, pues decidirnos a avanzar, supone en muchas ocasiones un coste emocional e incluso físico que es poco reconocido y todo ello, porque nuestras mentes, nuestras ideas y nuestros sueños de igualdad viajan más rápido que los mecanismos que ponen los estados para lograrlo. Los datos nos dicen que la mitad de las familias monomarentales viven en riesgo de pobreza, la crueldad de estos, hace que a día de hoy en nuestro país muchas mujeres se piensen en abandonar matrimonios o relaciones fracasadas, en muchos casos con violencia de genero por el medio por el miedo a que sus hijos e hijas vivan este tipo de situación tan dramática.

Los mecanismos del estado, aunque hayan avanzado en los últimos años, siguen siendo insuficientes para que, ante estas situaciones, muchas mujeres el día que deciden tomar decisiones no se vean condicionadas por la situación en la que se encontrarán en el momento que decidan poner fin a una relación. La conciliación de la vida familiar y laboral en este país sigue siendo un término sin contenido, los horarios laborales nunca se adaptan a por ejemplo, los horarios escolares y ni siquiera hay proyectos reales para cubrir un horario laboral de 8 horas que bien puede abarcar desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche (horario comercial)

No estamos pidiendo mecanismos sustitutorios de la figura de los progenitores, estamos hablando de una igualdad real y efectiva, que hace que las mujeres sigamos sometidas a presiones en muchos casos con costes demasiado elevados, bien para nuestra salud emocional como para nuestra salud física.

No está la sociedad obligándonos a ver nuestra vida ligada a la de otra persona?, En que momento podemos ser verdaderamente libres e iguales si no disponemos de tal libertad para planificar nuestra vida? Debemos renunciar a nuestra maternidad o a nuestra felicidad? Estás son preguntas que debemos hacernos para ser capaces de construir una sociedad que disponga de los mecanismos suficientes como para que no seamos nosotras una vez más, las que acabemos renunciando a todo aquello que por derecho nos pertenece; decidir nuestra forma de vida, nuestra maternidad, nuestro futuro profesional, nuestras relaciones sociales y un largo etcétera que a día de hoy si eres hombre, nadie cuestiona, pero que si eres mujer todo el mundo te exige que sigas el camino que suponen que para ti está determinado en esta sociedad, aún demasiado contaminada por los bautismos de quién considera que tiene la palabra de un Dios del que unos pocos se han apoderado, pero no nos engañemos, incluso en la mentalidad de aquellos que reniegan de su machismo, incluso en la boca de muchos (y muchas, desgraciadamente) sigue cuestionándose las decisiones de las mujeres que libremente deciden hacer su vida según sus criterios y no según lo que el resto les marca.

Hemos de avanzar mucho, pero sobre todo hemos de no rendirnos, no caer en los suplicatorios que nos llegan de normalidad (su normalidad), debemos reivindicar  y exigir las herramientas suficientes para que ser mujer y madre no suponga pertenecer a un colectivo abocado a la pobreza, pues en la actualidad, es lo que somos, algo que en muchas ocasiones nos sirve para nunca decidirnos a ser libres y seguir viviendo subyugadas a relaciones toxicas.

Las mujeres en este país, seguimos sin ser libres, que no se nos olvide.


Noelia Ordieres Buarfa

Ribadesella, ASTURIAS



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