Tiempos de reformas (2/2)
Como ya comenté anteriormente, en
un ámbito en el que todo es global, menos la política, se impone la necesidad de
reformas en toda la arquitectura social, así que, en este post, me centraré más en dos de los tres ejes estratégicos: crecimiento económico y creación
de empleo.
Reformas en la justicia.
La administración de
justicia necesita de una profunda reforma a todos los niveles, modificando sus métodos y estructuras propias del siglo
XIX y que ya no son válidas para la segunda década el siglo XXI, de modo y
manera que pueda prestar eficientemente a la ciudadanía un servicio público más
accesible, de calidad, ágil y transparente. El poder judicial tiene que ser
independiente e imparcial. En este sentido la fiscalía anticorrupción deberá ser
potenciada y cuidadosamente desligada de
la política por ley, y el nombramiento de los miembros del Tribunal
Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial, no debería ser
competencia del poder ejecutivo.
Reformas
en las administraciones públicas.
Las administraciones
públicas tienen que avanzar hacia un mayor rigor del funcionamiento en la
política de control del gasto público que establezca prioridades entre
necesidades esenciales y otras menos urgentes, poniendo un especial énfasis en
un control mayor y regular del gasto público. La reforma de la economía puede
comenzar con la administración pública, ocupándose de los servicios de interés
general – empresas de transporte, correos, bancos y servicios públicos – volver
a la propiedad pública o puesta bajo control público, donde esta sea la manera
más responsable, equitativa y económicamente sostenible de garantizar estos
servicios. Se tienen que establecer nuevas reglas para los mercados e
incentivos más fuertes conformados para una economía más sostenible.
Reformas
en la fiscalidad.
El sistema fiscal deberá
contribuir a una distribución más equitativa de los ingresos y la riqueza. La
legislación deberá ejercer un control más estricto de los paraísos fiscales y
la evasión fiscal, así como promover relaciones comerciales más justas. Establecer
un impuesto a las transacciones
financieras realizadas, a corto plazo, en los mercados internacionales de
divisas. Hay que establecer medidas de
armonización y coordinación fiscal que eliminen la competitividad tributaria.
Estas mediadas se deberán orientar en el sentido de avanzar hacia un modelo de
unión fiscal europea.
Hay que aumentar los
ingresos por medio de reformas en el sistema tributario para aplicar el
principio de que pague más, el que más tenga, como una cuestión ética, de
equidad y de justicia social. Pero sobre
todo, que se paguen los impuestos acabando con el fraude fiscal, incrementado
las actividades y recursos de la Inspección de Hacienda.
Es preciso suprimir la
diferenciación entre Rentas del trabajo y del capital, de modo que TODOS los
ingresos que tributan en el IRPF tengan el mismo tipo. Y si hay que
diferenciarlas, que sea justo al revés, que se pague más por las Rentas del
Capital que por las del trabajo.
Restablecer
el Impuesto de Patrimonio, elevando sustancialmente el mínimo exento e
incrementando más progresivamente el tipo impositivo. Incrementar el Impuesto
de sociedades para las grandes empresas.
Establecer
un nuevo impuesto a las SICAV (Sociedad de Inversión de Capital Variable).
Introducir
modificaciones fiscales adecuadas para que los diversos instrumentos de
inversión, tributen de forma significativa y en proporción a sus beneficios.
Restablecer la competencia del control fiscal de las SICAV a la Inspección de
Hacienda del Estado.
Suprimir la exención del IBI (Impuesto de Bienes
Inmuebles rústicos y urbanos) a la iglesia católica y otras confesiones
religiosas.
Establecimiento del criterio de caja (devengo) para la determinación de la base imponible del IVA e IRPF - Sociedades.
Implantación por todas las administraciones de la cuenta tributaria única. Optar decididamente por el régimen de estimación directa, dejando el sistema de módulos a su mínima expresión.
Establecimiento del criterio de caja (devengo) para la determinación de la base imponible del IVA e IRPF - Sociedades.
Implantación por todas las administraciones de la cuenta tributaria única. Optar decididamente por el régimen de estimación directa, dejando el sistema de módulos a su mínima expresión.
Formación y pedagogía
política sobre ciudadanía, fiscalidad y sostenibilidad del sistema. Plan generalizado de
concienciación social y medidas legales que incentive, la declaración del
IVA, así como el reforzamiento de la
inspección, control y del procedimiento
sancionador.
Reforzar
el principio de progresividad fiscal, incidiendo principalmente en los
impuestos directos. Mejorar el tratamiento fiscal de las familias y de las
rentas del trabajo. Incrementar la presión fiscal efectiva sobre los profesionales hasta términos similares a la realizada sobre
las rentas del trabajo. Modificación en profundidad de las deducciones por
aportaciones a planes de pensiones, limitando sustancialmente el límite deducible y flexibilizando las condiciones de su percepción.
Modificación
sustancial y profunda del sistema de tributación por módulos. Control y
regulación de los entes financieros y sus beneficios teniendo en cuenta que su
interés no es el bien público. Fijar una nueva imposición sobre los beneficios
bancarios. Reglar por ley los topes máximos de los sueldos, bonos y primas de
altos cargos, ejecutivos, miembros de Consejos de Administración y otros
colectivos donde la opacidad fiscal resulta no sólo evidente sino, en
demasiados casos, flagrante y absolutamente insolidaria con el conjunto de la
sociedad española.
Instaurar
una figura tributaria que grave las grandes fortunas y desincentive la
especulación inmobiliaria y los activos ociosos. Impuesto sobre solares sin
edificar, locales y pisos sin ocupar.
Incluir
coeficientes de abatimiento para los rendimientos del capital mobiliario que
favorezcan el ahorro. Establecer tipos impositivos progresivos por tramos que graven las rentas de capital. Crear
e impulsar de forma significativa la fiscalidad verde de modo que además de
compensar económicamente el daño causado contribuya con recursos adicionales a
mejorar de forma genérica el medio ambiente.
Eliminación
y/o reducción de las deducciones fiscales en el Impuesto de Sociedades que
distorsionan gravemente la aplicación del mismo, de modo que se garantice que
en ningún caso la tributación efectiva sea inferior al 20%
Aumentar
a 20 años, por razones de interés público, el plazo de prescripción de los
delitos fiscales. En el caso de que ello no fuera posible, modificar el Reglamento de modo y manera que las actuaciones de oficio por parte de la
Agencia Tributaria, interrumpan el plazo de prescripción.
Reformas en la economía y empleo
Una nueva política
industrial deberá planificar las prioridades futuras y las necesidades de
Europa y de sus economías nacionales. El sector de la fabricación está en
declive como parte del PIB. El empleo industrial está disminuyendo y los
salarios se han estancado o disminuido. El núcleo de estructuras de la
industria se tiene que mantener y modernizar, ya que garantiza el empleo y
proporciona una base para el sector de los servicios. Hay que establecer
políticas de crecimiento orientadas al empleo, recordando que para que haya
progreso económico, tiene que haber antes progreso social.
Necesitamos una mezcla de
prestaciones en dinero e infraestructuras sociales para sacar al pueblo
de la pobreza y ayudar a estimular la demanda. Se tiene que restaurar la
primacía de la política sobre los mercados financieros. En el sector bancario
se deberá establecer una orientación de pluralidad de negocios enfocada al
cliente, que incluya bancos comerciales, cooperativas de crédito, bancos
comunitarios locales y regionales, y sociedades de crédito, todos operando en
una variedad de escalas. Tenemos que asegurarnos de que el sector bancario se
ha reestructurado, se desarrolla con transparencia y con formas de rendición de
cuentas de gobernanza corporativa.
Es necesario introducir
reformas en el ámbito europeo en la gobernanza financiera y económica. La
regulación de los agentes de los mercados financieros en Europa no es
suficiente. Creación de una Agencia Pública Europea de calificación y
evaluación de riesgos.
Los mercados financieros
europeos deben convertirse en una fuente de estabilidad y del desarrollo de una
economía europea orientada a la producción. Con este fin, es necesario reformar
el Banco Central Europeo, el Banco Mundial y la Unión Monetaria Europea. El
Banco Central Europeo deberá tener competencias para establecer políticas de
crecimiento económico y empleo.
Reformar el derecho penal para exigir
responsabilidades a los dirigentes financieros en casos de corrupción, evasión
de impuestos, falsedad y delitos económico-fiscales que atenten contra el
interés general. Revisar los acuerdos de Maastricht respecto al nivel de
déficit público de cada país, dotándolo de mayor flexibilidad en función del
ciclo económico y del estado general de sus economías.
Se tiene que restaurar la
primacía de la política sobre los mercados financieros. En el sector bancario
se debe establecer una orientación de pluralidad de negocios enfocada al
cliente, que incluye bancos comerciales, cooperativas de crédito, bancos
comunitarios locales y regionales, y sociedades de crédito, todos operando en
una variedad de escalas. Tenemos que asegurarnos de que el sector bancario se ha
reestructurado, se desarrolla con transparencia y con formas de rendición de
cuentas de gobernanza corporativa.
Un nuevo marco
regulatorio y de supervisión definirá el papel y la práctica de la banca y el
sistema de remuneración a sus directivos. Solamente el gobierno con su
autoridad democrática, alianzas globales e ingresos fiscales; puede conseguir
el nivel necesario de la reconstrucción.
Necesitamos la regulación
internacional y europea de los mercados de recursos financieros. Las
corporaciones transnacionales deben ser objeto de control democrático a través
de la introducción de la democracia económica global con derechos definidos de
información, consulta y cogestión de los representantes de los trabajadores.
Las agencias privadas de calificación, que tienen una gran influencia sobre el
desempeño económico, necesitan una reforma y la supervisión de la autoridad
pública.
La liberación y
globalización del capital ha redistribuido la riqueza de las economías pobres
hacia las ricas, incrementando el riesgo sistémico del colapso económico
mundial. Los controles de capital, el cierre de los paraísos fiscales y la
imposición de tasas sobre las operaciones financieras mundiales, son necesarias
para contribuir al desarrollo económico y proteger a las economías vulnerables.
Es
necesario un gran pacto entre todos los agentes sociales para atemperar la
gravedad de la situación entre los desempleados. Se debe fijar la creación de empleo como el
objetivo prioritario de primer orden de todas las políticas públicas orientadas
a impulsar el cambio del modelo productivo y
fomentar la reactivación industrial y económica.
Estamos de lleno en un
proceso de cambio de ciclo económico, con gran influencia en la política y en
lo social. Todos hablamos de una profunda crisis con una serie de problemas que
están desbordando todos los ámbitos. Una crisis que tuvo un principio económico
pero luego aparecieron crisis institucionales, territoriales, el drama del
desempleo y el desprestigio de la clase política. Ante esta situación la
ciudadanía reclama que los políticos recuperen el necesario espíritu de
consenso y lideren un proceso de cambio y de reformas que den esperanza, esto
tiene solución.
Jesús Llaneza Díaz.
Izquierda Socialista de Asturias
Izquierda Socialista de Asturias
No hay comentarios:
Publicar un comentario